viernes, 29 de mayo de 2015
Se baila, se gime, se atenta contra la calma.
Este nudo en el regazo parece gasolina, de esa que se pega, de la que no lleva ningún sitio.
Y este regazo se puede medir en noches...
Todas las palabras del mundo no me sirven. Puede que escribir me resulte fácil, pero no lo es definir lo que me pasa y no entiendo.
Puede que un viaje, una salida, un cometa en el cielo... que vive y muere, que galopa entre estrellas y roza los ojos del mundo.
La tarde es un carnaval de vaguedades. No es cierta la piel.
Vivo entre las grietas de mis labios secos y desnutridos, alterno en esta soledad a la que le han crecido gatos y las cosas invisibles me hacen cosquillas.
El jardín de chocolate entre las piernas y se atasca el grifo.
Puedes creerme poema, himno o arenga. Libertad para creerme el último lugar en la tierra o la loca densa que vive en una tela de araña.
Soportar la vida con una media sonrisa.
Años de escupir, de blasfemar atentamente e cada esquina. El pelo revuelto, la consciencia es un peine con las púas rotas. Cartón en el pecho, ya no me llega para metal... así que, venir a mi queridas balas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)