domingo, 14 de junio de 2015

Todo debería explotar.







Como pasar de mí en tres sencillos pasos:

Es que, pensé...
Yo creía que...
Suponía que...

Y luego decirme que no es para ponerse así.



La soledad no es un invento de mi cabeza.
La siento en la piel
y me aprieta las entrañas
con grilletes de disculpa.

Habré de pedir perdón
por no entender
por creerme con derecho 
a que  me tomen en cuenta.

Algunas veces
me siento como un ogro.
Como si no se pudiese hablar conmigo.

¿Y sabes?
Ya no hablo tanto
porque estoy cansada
de que no me escuchen.

Mi destino tiene  boca de cueva
de animales
y luciérnagas perdiéndose 
en el bosque.

No quiero ser humana una vez más.

Harta de darme cabezazos contra lo mismo
de la incomprensión de un:
estate tranquila
no te enfades
no es para tanto...

Y para tampoco...
que me siento como la fruta
más barata del mercado.
Como la isla fea
sin árboles, sin luz
y sin nadie
que la visite.

La luz como abstracción del infinito.
Y me uno a los lobos
que ellos si saben
de mi lenguaje a aullidos
de mi dolor
de mi abandono.

Me tiño el pelo de colores
para que la vida gris
que me sustenta
se vea guapa.

Pierdo el tiempo
bailando con musarañas
y este mundo me cree loca
y con pocas posibilidades.

Porque yo sólo se escribir
y ni siquiera bien.

Quise pintar
pero mis torpes ademanes
no dan siquiera para flor.

Me gustaría poder ver de otra forma...
Algunas veces...
encajar un poco más
y pelearme un poco menos.

Nadie a mi lado comprende.

Días como pesadas cadenas
y este llanto seco
de lagrimas
que ya se niegan a hablar
por mi.

De fuego y dentelladas.
Nunca supe marcarme
un límite.

El sueño de volar...

Y la agonía de lo lejos
que me quedas.
No te siento ni te veo, corazón.

Porque yo a mi
ya no me tengo.
Lo que valía la pena de mi
huyó
con otra que la quisiera bien.

Yo bebo demasiado
y luego no me acuerdo
de como se decía te quiero.

Pálpito indiferente
de puertas a fuera
y que más quisiera yo
que ser
lo poco que queda de mi.

( La fiesta breve de la negación y la locura. La vertiente oscura del pacto de existir. )



martes, 2 de junio de 2015

Rolling baby.








Ojalá no sentirme sitiada. No ser la ciudad fortificada que parezco.

Y me gritarás por enésima vez que nada es para tanto y yo me sentiré una vez más pequeña. Siempre soy demasiado fría, demasiado de todo.

Borracha, malhablada... nunca se me puede llevar a ninguna parte. Perdone madre, por no ser su princesa.

A padre no le importó no conocerme. Perdón también porque me duela.

Estoy acabada. No soy nunca, que ando perdida a menudo, tengo miedo y no encajo.

No soy de contentar a nadie, digo lo que pienso y cuando no, me pongo tan roja que se me nota. Al final no llevo el traje adecuado en ninguna procesión.

Mujer de hombres baratos que me dejaron rabia, inutilidad y varios corazones tejidos con los restos. Por creerme tan poco, me hicieron menos. ¡Cuántos callejones no lloré!

The lost girl, jumping in the puddles. Always wet.

Todas las letras de canciones hablan de mi o si no las hago coincidir, las busco, las ato y las anudo tan fuerte a mi que son mi única columna vertebral.

Dicen que me vendo mal, pero no me vendo. Ni si quiera por un beso, ya me enseñó Judas que valen poco menos que 30 monedas de plata.

Tartamudeo, mezclo las letras y me importa una mierda, lo que entiendas, lo que quieras leer entre lineas. No estoy aquí para explicarme. La vida siempre me pareció una droga dura.

Juego al todo y me meto los dedos cuando quiero. Tú dirás si no soy de fuego.

Odio las multitudes, los altares y no tengo ni idea de a quien amo o si hay alguien a quien quiero.

Algunas veces me siento sin sentimientos pero luego me doy cuanta de que mi enfermedad se llama exceso de empatía y se me pasa.

Búscame escondida, que en la luz, soy la tímida esa que no dice nada. La que finge estar entretenida cuando le navega el sudor por la espalda y lo único que quiere es correr, escapar de no saber si sobra o quieren más.

Pensaría menos, pero hay personas que nacieron para girar.