sábado, 30 de noviembre de 2013

Cuero gastado.




Pero ya hace tiempo que me has dejado, 
y probablemente me habrás olvidado. 
No sé que aventuras correré sin ti. 

Y ahora estoy aquí sentado 
en un viejo Cadillac de segunda mano 
junto al Mervellé, a mis pies mi ciudad 
y hace un momento que me ha dejado, 
aquí en la ladera del Tibidabo, 
la última rubia que vino a probar 
el asiento de atrás. 

Loquillo.


Cosechabas viento en las últimas caladas de ese cigarrillo clandestino y conseguías asustar a cada rubia que te pedía fuego por no pedirte un beso.
Yo... que de aquella ni era rubia ni tenía miedo,siempre estaba discutiéndote tu filosofía ...

Me cogías las manos y me rezabas alcohol cuando te deshacía la cama.
Amores de extrañas circunstancias y vida corta .Siempre supe que te irías y contigo el primer y último sentimiento puro,lo demás sucedáneos a tu boca,a los mordiscos que me marcan aún hoy entre las piernas.


Y sabes que te sé ... que tengo tus anillos y la cazadora gastada que me regalaste como recuerdo de tus brazos.


Quizá algún día te borre de entre mis estaciones ...pero no... serás hojas caídas en otoño,nieve en invierno,aguacero en primavera y playa en verano.


Te quiero y nadie va a igualarlo y nada va a cambiarlo .

domingo, 24 de noviembre de 2013

Jugando con la intensidad de la luz.












Habitantes de nada haciendo fuertes a las arcadas por los amaneceres perdidos.

Y aún pensarás que te dije alguna mentira,como siempre tiendes a no darme importancia...y la humildad se me da bien chico pero también  hay una reina soberbia y puta tras tanta sensibilidad .Y me juego la vida en un instante porque no sé hacerlo de otra manera.

Más te vale dormir en brazos de alguna que te de cobijo, que esté cuando quieras y nunca pida nada,pero no yo, que no soy torre de despedidas, que muerdo cuando duele y me meto las las lágrimas sin hielo.


A jugar aprendí mucho antes que a correrme ...así que mide tu juego,más que nada para no perder las formas y engancharte a mi mirada.










martes, 19 de noviembre de 2013

El día que decida marcharme.



No digo que me vaya a ir, sólo como explicaría mi huida.

Cuando uno decide morir ya no se sufre más .
La vida a veces me pesaba tanto que la muerte es mi mejor opción.Y dejo esta nota para quede claro que no hay culpables. Hay personas que nacen con un soplo en el corazón y yo nací con un soplo en el cerebro.
Sólo escribo para explicarme como mejor lo hice siempre. No me considero más desgraciada que nadie, ni cobarde por rendirme.No me estoy rindiendo,sólo abandono lo que no me hace bien.
Que me juzgue quien me tenga que juzgar,no me importa.Si es como creo, a los gusanos les da igual como haya muerto,solo soy comida. Y si es fuego,tendrá un buen motivo para arder. Si hay Dios que me condene,siembre preferí el infierno.
Lo único que lamento es la pena que causaré a esos pocos que me quieren, pero aprenderán a no tenerme.
No me voy con rabia,ni con pena.Soy yo la que deja la vida y no al revés. Elijo morir ya que no pude elegir vivir.
Ya tuve bastante.
Me llevo conmigo cada una de las lecciones que aprendí,cada beso que me hizo temblar, cada vida que vivió conmigo. Y ya se me hizo tarde, que me espera la intimidad de las venas cortadas y la sangre fluyendo.
Digo adiós porque no creo en la muerte como principio sólo como fin.
MI última decisión será la más  libre, puesto que no lo hago por nadie.
Espero que me entienda quien me tiene que entender y que asuma mi ausencia como un viaje que hice para no seguir muerta en vida.
Me despido de todo y de todos con una sonrisa.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Aullidos ajenos pero tan cercanos...


Escribir escribe mucha gente.
Hacer que el la piel sea pasto de la más absoluta explosión de poros erizados,muy poca.
Esto que comparto lo escribe alguien que sólo tiene 20 años, que es intensidad pura y al que deseo la más prospera de las suertes.
Gracias por compartirlo conmigo, te debo una piel, amigo.
(El autor prefiere mantener su anonimato.)


Y es tan corto como duro de escribir. Pero es así, no doy para más.
Perdóname por haberte traído hasta aquí. Perdóname por haberte elegido como mi única salvación y esperanza. No puedo seguir viendo como la ilusión se deshilacha un poquito más cada día, tengo que romperla antes que soportar su agonía, que supongo, es la misma que la tuya. El querer y no poder. El poder de no querer. Llegado a este punto, no puedo pretender dejar de amarte de la noche a la mañana, pero sí ayudarte en la complicada tentativa de desgastar mi recuerdo. Por eso me estoy marchando poco a poco, por eso, lentamente, voy desapareciendo de todos los lugares en los que me venías buscando. Me lo has enseñado todo; la felicidad, el amor, el dolor, la amistad, los celos, el sexo, la belleza más pura, el rencor, el feliz recuerdo y el olvido, en carnes propias y ajenas. He procurado ahogar en ti todas las sensaciones negativas y ahora, tan adentro como las he empujado, no tengo energía para estirar el brazo y restaurarlas. Tampoco tiene sentido, ni lo mereces después de todo este tiempo. Es demasiado tarde. Yo lo he elegido. Sólo Yo. Siempre que me has negado tu cercanía he agachado la cabeza y coleccionado un silencio, sabedor de que no iba a rendirme ni a dejar que te salvaras. Simplemente callaba y sonreía porque sabía que el tiempo me daría la razón. En parte lo ha hecho alguna vez durante este año, pero no ha sido suficiente. Por mí le daría una vida entera de tiempo al tiempo, pero me la está acortando a velocidad de vértigo. Me estoy haciendo daño. Y no es algo de lo que deba nadie sentir lástima. No te estoy culpando. Es una llama que se va apagando y quema, pero uno se aferra tanto a lo poco que ha conocido y amado, que todo lo demás, aún siendo seguro y tranquilo, le resulta insuficiente. Pensándolo así, nadie puede albergar culpa en ello. Y menos tú, estáte tranquila. No he venido a recordarte las cosas que hiciste mal, porque ya te las perdoné, porque ya no sé cuáles son, porque sé que las buenas las triplicaron, y porque las he repartido todas a un cincuenta por ciento, así podemos estar en paz, siempre que tú sepas hacer lo mismo con las mías.
Si no crees que merezco tu perdón en lo que no he sido capaz de cumplir y piensas, aunque me esté dejando el corazón y la sinceridad en estas letras, que ésto es un ataque, una estrategia o un reproche, deja de leerme inmediatamente. Te doy una frase más para que lo pienses y escojas. Si has continuado leyéndome convencida de que no tengo ninguna mala intención hacia ti, decirte que es a ti a quién amo, no a la que cree que todavía me debe algo o yo se lo debo a ella. Es de ti de quien me enamoré y a quien me cuesta tanto renunciar. Aunque no aparezcas tan a menudo en el cuerpo que te acoge, eres igual de inabarcable que siempre. No desaparezcas jamás. Deja que se salven las otras personalidades, las de cuando estás ausente o enfadada, las que prefieren la droga al amor. Tú eres mejor que ellas, ellas en las que ni me fijo, eres la mía. ¡Ojalá sepas entender ésto! Si hoy no existes, te pido por favor, a ti, la personalidad que me lee, que se lo muestres a la mía cuando regrese. Y no pienses que tengo nada en tu contra, he aprendido a amaros a cada una de vosotras, pero sólo ese lado suyo, el oscuro de su corazón, le devolvió la luz al mío. Si después de todo, has continuado con la lectura de este rompecabezas de sentimientos mal redactado con la sensación de que quiero hacerte algún daño, úsalo en mi contra. Puede ayudar a convencerte de que es mejor no verme, de que siempre estuviste sola, de que no existí, de que todo fueron poemas baratos y chamullería. Ésto no es así y lo sabrás de grande, pero el rencor es la herramienta más útil para justificar el olvido. ¡Hasta yo he intentado aprovecharme de ello! Pero me ha resultado inútil, lo bueno siempre ha sobrepasado a la deuda con creces. Espero que a ti te sirva y que esto no te duela más que un pellizco o un pinchacito. Ya sé que es complicado. Pero si no hay alternativa, crea una mala imagen hambrienta en tu recuerdo y aliméntala con cada palabra mía que leas, con cada beso que recuerdes. Y sobretodo, no busques mi mirada en otros ojos. Mi mirada (la que tu conoces) sólo existe en mí contigo. Ahí fuera hay muchas otras dispuestas a intentarlo. No las compares ni les pidas lo que a mí. Ni mejores ni peores, sólo diferentes. Que no paguen ellas mis errores, igual que yo no quise pagar los de las que precedieron a la mía. Aprende a amarlas porque son únicas e hijas de la vida, como las nuestras, y eso es ya suficiente razón para que les des la oportunidad que a mí me diste. A través de tu mente conocí la felicidad en su máxima juventud. Ninguna vez será como la primera, serán todas eternamente mejores. Malditos abriles que nos separan. Maldita la primera vez que te supliqué. Malditas tus lágrimas y las mías. Maldito el silencio de nuestros enfados. Maldita canción que preferiste bailar sola. Maldito Mayo lluvioso en el que bailabas y yo deseaba aprender a odiarte. Maldito yo por llevarte hasta ese punto. El punto de no retorno. Ojalá lo hubiera aceptado sin preguntar. Ojalá hubieras sabido contarme exactamente lo que sentías, razonar tus decisiones sin medias tintas... Pero te comprendo, es imposible hablar conmigo sin que le de la vuelta a tus pretensiones iniciales, sin ser un abogado continuo de los destinos y los sueños imposibles... Sé que muchas veces has querido sentarme para hablar de la verdadera razón de todo ésto, para enseñarme la crudeza de nuestra situación, y sé que siempre he silbado y mirado a otro lado. Ahora, tanto tiempo después, no es necesario que lo hagas. Prefiero no saberlo. Sea lo que sea lo acepto y te hago saber que para mí, todas tus razones son válidas, por ínfimas o extrañas que sean. Que aunque no sepas cómo has llegado a este punto, o por qué perdió el color tu amor sobre el mío, no importa. Me podría haber pasado a mí, y créeme, no lo hubiera hecho mejor que tú. Espero que no me recuerdes mientras dure este calor, la euforia del verano y la juventud, y que cuando llegue el invierno y las noches lluviosas, ya tengas con qué rellenar el vacío y apaciguar el dolor. Estate siempre. Yo me voy a quedar.
Aquí te va, es algo largo, pero no se hace pesado. Gracias por leerlo:
Seguimos el camino que nos dictó la película. Vivimos el amor poético. La segunda parte ya la improvisaremos. Le cambiaremos el final. De momento somos invencibles, juntos o alejados. Todo ésto no son más que palabras. Algún día les encontrarás el sentido a todas y cada una, te lo aseguro. Es disparatado pero creo que le estoy escribiendo a tu Yo de aquí a diez años. Tal vez, en los tiempos venideros se te asigne este rol mío en alguna relación. No es más complicado que el tuyo, desde luego, así que no debes preocuparte por ello. Creo que lo importante a hacer en estos casos es ofrecer a la otra persona (tú en este caso) la confianza y la certeza de que se la deja en total y absoluta libertad. LIBRE. Si no se hace así es muy complicado que esa persona no acumule algo de culpa propia y la transforme en rencor ajeno. Ahora ya no hay nada que perder, está todo por reconstruir. No viertas más lágrimas en este pozo, no te ahogues. Escapa volando. Vuelve con los pájaros, que son tus hermanos, y no pienses más en estos versos. Ni en los de ayer. Sé libre porque libre te quiero. Libre y feliz. No importa lo lejos que te sienta mientras sepa de tu felicidad. Sólo procura dejar de pensar. Si me nombran, no les escuches. No soy ese del que hablan. No vuelvas a los lugares en los que fuimos felices sin mí, porque se vuelven fríos y vacíos cuando el otro falta. Y sobretodo sonríe y no olvides jamás la estima que te tengo. Quédate en el cielo, no bajes más aquí. No entres a releer, no alimentes los dolores.
Ahora recuerdo aquella frase que escribí. “Siempre fuiste capaz de todo, incluso de dejar que me rindiera”. De lo primero estoy seguro. De la segunda parte, no estoy en absoluto convencido. Allá donde vaya dejaré un rastro de migas. Serán sólo migas, ni súplica ni obligación. El día que me necesites, para lo que sea, tendrás mi brazo tendido, mis ojos y hasta un riñón. Lo que precises. Porque después de todo yo te llevé a la Luna, pero tú me has regalado el Sol.


lunes, 4 de noviembre de 2013

Rincones de rabia y azúcar.







Las palabras cortan en tu boca ,chico...
Los andenes persiguen tus pasos  y tú atrapado en el tren de no retorno.Y habrás peleado mil muertes, que se te nota en la mirada que aprobaste cum laude aquel curso de destrozarse el corazón. 
Y cuando bebes muere el mundo en tus comisuras. Ave con garras de acero ligadas contra el viento y las drogas .Este último tiro será el tiro al blanco de una noche de bombas y amaneceres de gloria 





Qué será por opciones en cada noche hambrienta,de no ser porque sólo me lamento en tu piel y nunca beso como te comía a ti.
Puede que con medio destino por jugar y la ronda final cubierta de purpurina .Acepta el envite y dame corazón para jugar este blackjack ...
Que no hay fortuna fuera de tus piernas ,reina.Haz malabares en los parques y quiza te lleve a conocer las mariposas que andan locas al vuelo de tus pestañas ,que bebo azúcar de ti y el estado viola leyes a raíz de verme alegre entre algunas de tus mieles .
Respira a fondo y arde,nena...








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