martes, 22 de abril de 2014

Apocalipsis de la mano de Histeria y Darkvelvet.



 Mano a mano con @Mrsdovahkiin.

Suicidacion masiva.


Actos de irrelevancia cero en gritos contenidos.
Consecuencias abruptas, abrumadas por ojos invisibles.
Y que decir del ácido que construye lagrimas y la saliva que mancha el suelo.
Los brazos en alto en señal de victoria y el alma escapándose en busca de paz.
Y por la comisura de la esperanza se corrompe el último vuelo.
La alta caída cada vez más cercana, disfrazada de sonrisas por completar. Últimos besos estampados en las alacenas de la nada y el verbo estático.
Como una cruz pegada al hombro, dejándose caer hacia el infierno, luchando contra formas humanas.

Cuando el vicio hizo de redención y las tres mil cuchillas eran cuentos de buen soñar.
Cuando las cucarachas huyen del hedor del hombre y el hombre busca amarlas.
Y el exterminio masivo es el relato constante de la sociedad que se agota.
De abuelos y niños cansados de vivir entre mierda, y madres luchando contra sus propios ángeles de la guarda.
Sobrevivir al hambre mellada y al dolor caústico de nunca ver el sol si no es pagando.
De historias escondidas bajo toneladas de mares y esqueletos nadando entre lodo.
Con los talones en charcos ciegos, apuñalados por el cielo que se desploma... herir como nombre de la angustia.

Cienos oscuros, devolviéndole a la tierra lo que le desde un principio era suyo.
Las ruinas vertiendo encanto al devenir de nunca jamás.
Amoldándose al suelo que las sostiene y protegiendo a los señores que las aman.
Porque queda intacta la pasión y los ríos acogen brotes de conciencia.
Las heridas parecen brillar de dolor y las miradas son un poco menos tristes a cada golpe.
Bocas mordidas y exultantes de vino y atardeceres coloreados de camas gimientes.
La noche teñida de rojo pasión, caminando sobre lujuria, sin vergüenza, solos ante la mirada de las estrellas.

Ardiendo y siendo los ejemplos de que la lucha vale.
Aunque sea una lucha permitida, acordada con previas sonrisas, mojadas de sedientos mordiscos.
Pero valiente y dura, enseñando los dientes a quien muerde sin corazón y arranca belleza al mundo.
Sin armas, solo con sus manos, inundando mares contaminados con agua clara.
Construir nadas para encerrar al mal, fiestas de luz acosando la sombra.
Bosques enteros brillando eternamente por el fuego que se genera en su ardiente interior.
Y montar tremenda jarana, que la sonrisa sea el último canto de una pelea justa.
Y que la sangre sirva para firmar el pacto final.


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