jueves, 12 de diciembre de 2013
Desvanes con naftalina.
¿Consiste el miedo en morir de un ligero temblor
o más bien el temblor es el resultado
de que el miedo haga nidos en nuestro vientre?
Aparte de la habitación llena de putas
que evité a los quince
hay poco más que tejer
en estas cortinas de opaco caer.
Avisté inmensas placas de hielo
y me fui muriendo lento
en aquellos pasos que me indicaban
la muerte temprana.
Estaba tan cerca de la ultima vida
que cuando pise la base de su espalda,
ya eramos lejanos cortes de una película remasterizada.
Ojos con noches de vino
y andares pélvicos y rítmicos
al abrigo de una cama sin calor ni canción.
¡Ojalá hubiese sido fácil quedar con otros labios!
Pero como historia antigua y trivial,
no tuve más remedio que hacer un examen parcial
para acceder a la asignatura que no quería...
Un caballo regalado, con los dientes picados
y menos sonrisas que cajones huecos.
Vas a dejarme con mi cargada maleta
en una tarde de niebla y carcoma.
Yo no soy nada de lo que era
y a veces mi conciencia juega al despiste
con visiones negativas de un beso ya mordido.
Silencio...
hay ratones rascando mi lengua.
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Hay palabras rascando mis entrañas...las tuyas.....visitarte, es siempre sorprenderte....
ResponderEliminarBesos, estimada Sara.....
Muchas gracias cielo!!
EliminarMe encanta que te lleguen mis letras.
Un besazo!