Cuando cometo errores,hago sangre de mi cuerpo,
me escupo encima mi miseria,
no hay aguacero que limpie la nausea.
Porque el mundo puede equivocarse,pero yo no.
Yo tengo que mantener un listón,
uno que me aprieta la espalda desde siempre.
Y si, me siento pequeña,
no sé admitir que algunas veces soy grande,
porque no veo mi sombra
más que en dos charcos rastreros que me beben.
Nunca me siento suficiente
y nadie cree que es cierto.
Tengo una apariencia de bandido
y unos ojos que siempre desafían.
Me quedo bloqueada,
aspiro con dificultad el miedo
y me como cada despertar
las legañas de una noche sin día.
Podría ser de otra manera,
podría mover ficha
pero hay tres pozos,
tres abismos
y me da miedo la oscuridad,
y la altura.
Puedo sentirme mejor,
cuando recuerdo...
que no hay más limite que el que
yo me impongo,
que te puedo mirar serena
porque no, ya no te miento.
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