Tengo que aprender a bajar la mirada
cuando sé que esta,no deja lugar a dudas. Sin esa lección, no vale
de nada mi estudiada máscara impasible.
No puedo resistirme a tu boca
mordisqueando ansiosa los pespuntes de mis sueños.
Esta oscuridad que me seca la boca
no entiende de deseos malditos, equivocados y locos.
Me rodea celosa y sólo siento sus
manos subiendo por mi espalda, secando también las ganas.
Qué es lo que te pasa?Pareciera
como si hubieses estado observando estrellas desde el inicio. Tienes
aspecto de volver a la vida después de un largo exilio. Déjame que
te caliente las manos y vista tu aliento de este fuego que aun sigue
despierto.
Creía haber dejado la adolescencia
en paz, detrás de aquella cortina. No es cierto. Me sorprendo
vistiendo deseos antiguos y me inquieto por escenas que llenan de
fiebre mi ansia. Tengo delirios de sexo salvaje y sin darme cuenta
vuelvo a escenas que hacía tiempo no imaginaba. No sólo me gusta
este traslado al pasado,además me siento viva.
Sin ti la muerte es tan cierta como
que estoy viva. No te acerques más a mi con condescendencia. No
soporto que me trates como a una niña. No me quema sin ti este
ocaso. Si vas a volver déjate la navaja en casa,si vas a venir
traete un nuevo mapa, el viejo esta gastado.
Tendría que pasar todas esta
páginas que se acumulan,pero ¡me siento tan arropada entre ellas!.
Entre todos mis errores tú eres el
que más me cuesta reconocer.
Regresas y ya no te esperaba.
Arrasaste mi existencia dejando en cada agujero un pedazo de tu
miseria. Y ahora¿qué esperas, qué te voy a dar?.No me he recluido
sólo porque he tomado tu amargo café tantas, tantas veces que ya no
me hace efecto. Regresas y ya no me importa.
La vida es un largo cable tendido
entre dos puntos. Hay un momento en el que recorrida la mitad del
camino uno no sabe muy bien si continuar o dar marcha atrás para
recuperar lo que quede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario