lunes, 26 de agosto de 2013

Ases con regusto a ti.




La suerte amaneció echada.
No hubo preguntas,
las estrellas habían citado a la marea
y bebían cerveza 
en torno a las brasas
de un destino agotado.

No quedan más cartas que las que la muerte baraja.
Para ser de piedra,
ya pasaron las inscripciones,
cupos cerrados 
y almas abiertas.

Noches ácidas,descolgando historias...
Y tu cuerpo proclamando su ausencia
cuando ya no lo necesito.
Que es tu inocencia lo que me pierde,
que es tu herida la que me enamora.

Y a correr con poca suela
por las carretas
que construyes,
llenas de obstáculos que hieren,
llenas de amor que crucificas.

¿Por qué tú ya no quieres amar,no?
No quieres que te amen 
y escupes el veneno justo
para retenerme
y la dulzura suficiente
para que no te crea.

Pero soy insistente,
me aferro a lo que eres,
sobretodo porque no sabes que lo eres.
Y no me iré a no ser
que me eches,
sin ambigüedad,
a contrapelo..
Está bien, no me iré,
aun cuando me quiebres.

Sé de tus mentiras,
de tu sangre mestiza
entre la cal y la brisa.
Sé que no me odias
por temor a amarme.
Y también sé que tu suavidad,
es la verdad,
los espinos,
dibujos poco logrados
que espantan a las musas fáciles...
esas que duran tres poemas
y huyen a por otros versos.

No seré tu último refugio,
 y aunque duele,
no podría negarme tu compañía,
que eres la savia que desborda mis ríos,
la locura que mueve mis pies,
ese salmo repetido
que me hace luna,
que me transforma en reflejo.

Amores los hay a cientos,
pero ninguno,
va a se capaz de devolverte
al lugar que te niegas...
Prueba...
nunca decepciono....

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