viernes, 27 de septiembre de 2013
Perder por norma.
Quiero que seas feliz
aunque no sea conmigo. Aunque no sea conmigo. Enrique Bunbury.
La tele no funciona y mi corazón tampoco.
Tratando de no escribir para ti,
o al menos,
que no se note.
Y a fuerza de negarlo,
con ganas infinitas de descerrajar
una patada en cada beso,
no hago más que hacer de hierro
lo que quisiera fuera viento.
Mi edad que me aconseja,
y mi puto corazón
que no deja de gritarme
que le duele la camisa de fuerza,
que le suelte...
Yo fumo lento
y sonrió con la sonrisa
de una fiera
que no tiene manos para soltar las correas,
ni tan poco miedo,
como para liberarlo.
Me siento absurda...
como sería absurdo
pretender que el mar se vaya
y nunca vuelva a la playa.
Estoy agotada
y el amor es una moneda mordida.
Haciendo tratos con el olvido.
Y el olvido jugándose a las cartas
mis pocas manos ganadoras.
No seré capaz de decirte
que soñar contigo
se ha hecho costumbre
y que yo no valgo
para lo fugaz...
sobretodo cuando he descubierto,
que lo de antes no eran estrellas...
Tú has hecho que la noche
se vuelva un despertar
y una galaxia.
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