lunes, 2 de septiembre de 2013

Termitas III




Hay frases comunes que se hacen imposibles de decir cuando la pena nos secuestra la garganta.

 Cualquier color puede ser aurora,cualquier amor se parece a un ocaso cuando las ganas faltan.


Las mejores noches son las que pienso vivir contigo.



Porque en ausencia de tu cama no hallo más hueco en el mundo,que soy demasiado voraz para sólo consumir las migajas que me parecen otras sábanas.


Me puedo perder en muchas cosas...la cabeza se mueve con cada chispazo que salta al contacto con todo lo que le pienso robar al mundo.


Vivo con los lobos que cada noche asaltan mi habitación.Me cuentan historias antiguas,comparten su dolor y me traen remedios ancestrales para el insomnio y sus duelos.


Cada lamento es un anzuelo que me deja los hombros en suspensión de interrogantes. ¡Ojalá vengas a ponerme de nuevo el alma sobre los hombros.!


No bebo por vicio.Bebo para que o te borres o te quedes a mi lado a esnifar manchas de tinta.


¡Qué más quisiera yo qué decirte todo lo que esperabas!
Pero no sé si será lo que sueñas, no sé si seré tu condena...
y luego el miedo haciéndome  juego sucio con la idea de perderte.


Como zombies aceptamos las pequeñas condenas cotidianas,y luego manejamos hilos de sombra desde ese gastado rincón donde nos dejamos caer con las rodillas dobladas y las lagrimas haciendo malabares en los bordes de unos ojos que se han ido con el fuego.


Se querer como nunca nadie te ha prometido.Me voy a fumar las lineas de tus manos como pretérito imperfecto de las marcas de bala que dejas en mi con tu sonrisa. Y el maldito tiempo me hace burla y descuelga el cartel de no molestar.


Nunca juego a nada porque suelo perder y ya bastante tengo con las malas experiencias de esta vida gastada de tanto apostar en nombres de dudosa existencia.


Surgir del latido que me muerde la piel en tus labios... como acariciar el despertar de un nunca de placeres catárticos que me planean tus jodidas y bellas maneras.


Te quiero y me da igual el viento y la distancia y el olvido y la noche y... me da igual si peco de quererte sin sentido, sin tiento...sin ti.


Por más que me doy pisto nunca llego a dejar de sentir la fría niebla de un corazón malgastado.


Le voy a robar las llaves a tu mirada,que nunca estás si es que te llamo y yo se esperar en las sombras de tu incendiado armario. Si cambias de ropa o de destino,fíjate en la luz de mis ojos... hay caminos peores.


Cuando sufras,querré ser tu medicina.
Cuando quieras,querré estar entre tu cuerpo recogiendo las esquirlas que te pesen.
Cuando revientes, seré el carmín de sutura que te haga el espejo amable.


Mis manos se suicidan cada vez que el anhelo de tu piel me masturba las horas.


Al final,soy tan suave como negaban mis andares y en mis verdes buscadores de caminos hay destellos tibios de todo lo que escondía en el fondo de mi vida.


Hay callejones turbios que deshacen los nudos que la cotidianidad aprieta. Una botella de sal para heridas de índole imperecedera.


Sin ti,este páramo está más helado.El viento hace nidos en el calor que dejaron las golondrinas. Y yo,plañidera sin sueldo,que de tanto vaciar las pestañas,ya no hace falta ni que esté triste.


Abandonar la pluma,sería cometer auto asesinato.


Esta vez va en serio,me cansé de arrastrarme. Los días ya no serán vertederos de ojalas  nunca más ver morir en sol en la misma postura que cuando llegó.









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