martes, 4 de junio de 2013

Muñeca de trapo



Tristeza cabalga mis sienes.

El ardor de esta noche
en la que sé, moriré
me repta con calma por la vida.

No me importa el mundo
ahora, en este pequeño orgasmo
en el que los segundos gritan...
sólo quiero que ese Dios
obsceno y vándalo
que dirige mi vida
me deje en paz.

Y no me siento culpable,
no me detesto (aunque debería)
por preocuparme sólo
de mis llagas.
El vinagre hace su efecto.

¡Quiero reventar y poder olvidarme!

Me asusta la vida.
No sé si quiero
seguir en ella.
Y todo es un maldito acceso de basura
y nada es bello
ni me quedan lágrimas para verlo.

Me rebosa el alma
las nauseas vomitan pena.

El humo cercena mis pestañas
debe de ser esa la causa
de mi ceguera
de la cantidad de agua
que inunda mi boca.

No puedo gritar
y ante este handicap
mis puños golpean mi consciencia
sólo puedo sentir pena
una atroz compasión
por mi cerebro.

Ante el ayer
fui una muñeca de trapo.

Y el futuro que me vigila
desde el hombro del hoy
me describe amargamente
como la misma muñeca
pero sin piernas, ni brazos
ni ojos...

Yo le sonrío irónicamente
y le digo:
Sí, también sin entrañas 
ni esperanza.

En este resquicio para noctámbulos
la luna arde...
¡Ojalá yo también
me estuviera quemando!

El despertar volverá
para aniquilarme,
está bien,
le estaré esperando.

(O cuando el vacío bombea
y se llama corazón.)


3 comentarios:

  1. Muy bueno tu blog.
    Te leo desde ahora :)

    Yo estoy aquí: comopoesialverte.blogspot.com.es

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  2. Muchas gracias!! Espero que disfrutes!! :)

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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